Con la llegada de las “competencias” a la escuela se introduce entre los docentes un lenguaje compartido que hace explícitos aspectos como el trabajo autónomo, el trabajo en equipo, apreciación del arte, la expresión y la comunicación, el pensamiento crítico y reflexivo, entre muchos otros. Parte de la generalidad de estas competencias se debe a que están presentes en cada una de las disciplinas, áreas o materias en la educación superior. ¿Por qué los profesores tienen la responsabilidad del desarrollo de estas competencias genéricas incluso en la clase de matemáticas? Una razón importante es que por muchos años se han generado resultados en el campo de la investigación educativa que nos permiten discutir cómo los aspectos que delinean lo que ocurre en el salón de clase pueden contribuir a la producción de conocimiento matemático.
Patricia Sadovsky, docente de la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires, comparte con nosotros un minucioso análisis de una secuencia de clases en la que una profesora trabaja con sus estudiantes en un problema que aborda cuestiones relativas a la transición de la aritmética al álgebra. Con esta amplia descripción se muestra que es posible organizar actividades donde los alumnos vayan más allá de definiciones y algoritmos en donde tengan una participación más activa para dar sentido y significado a su trabajo matemático.
Los invitamos a leer el documento de referencia y preparar sus intervenciones para tener una provechosa interacción con nuestra invitada en esta sesión especial, la número cincuenta, del Seminario Repensar las Matemáticas.
Saludos
José Luis Torres Guerrero
Liliana Suárez Téllez